Sunday, November 13, 2011

no es nada, hasta que lo es



Hola, siempre he querido decírtelo, pero ya sabes que los amores juveniles de ahora no se toman en serio.
La verdad es que no se ni como decírtelo ahora... estás ahí. Tan inquietante. Tan suspicaz, que me da miedo que no te gusten mis palabras... o que no quieras oírlas.

(él no la escuchaba, no porque no quisiera, si no que, los cables y el eterno sueño en el que permanecía se lo impedían; la joven estaba a su lado, como todas las semanas pasadas desde que ocurrió el accidente... le quedaban pocas horas de vida)

Cole.. ¿puedes oírme? se que estás ahí, que alguna parte de tu cuerpo me escucha. Sé que eres fuerte y que todavía nos quedan muchos momentos bonitos que vivir. Como cuando estábamos en la casa de campo..¿te acuerdas? que felices eramos. Y somos Cole, y somos. Porque vamos a salir de esta, como siempre, juntos.

(Es de esperar que esa noche Cole murió de una parada cardíaca, pero yo sigo pensando que antes de la desgracia el joven escuchaba todo lo que le decía su amor)




No te preocupes, el cielo ya lo enladrillaron ayer.

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