Supongo, que hay sitios específicos para cada persona en donde poder caer, y desbordarte por cada poro. O no.
Ya ni se.
En esos rincones, solemos recordar nuestra película favorita, en la que el chico se tropieza con la chica,
o en que la chica llora delante de un espejo, por no gustarse a pesar de físicamente perfecta.
Aunque, ni los rincones, ni sentirte protagonista de ésta, te devolverán ese orgulloso,
que hace segundos, aún tenías;
''¡Hey, eres increíble, con o sin tus michelines!''
Ya. Claro. Me lo dice la rubia, de 1,80, con piel tersa y sonrisa profident de pasarela.
Y no juzgo su belleza, maldigo la mía.