Esa sensación de que lo pierdes todo. Te dan tres segundos para reaccionar. Uno,dos y tres, ¡ya!. Se fue. Se ha ido. Y no te puedes despedir, ni un beso, ni una caricia, ni una sonrisa, ni una mirada...
Y es que desearía ser tu ángel de la guarda para seguir allá donde vayas, y no perderte nunca. Y evitar las malas caras, y que no haya despedidas. Ni tampoco encontradas.
''Es tan fácil como volar y tan difícil como nacer muerto y morir vivo''