Como siempre, supongo- me regalabas los oídos con idas y venidas que se perdían a pocos kilómetros de mis pies...
Pero esta es mi parte favorita, me escondes de mis miedos y haces sentirme la reina de tus pensamientos... Paras el tiempo y conviertes las espinas en margaritas llenas de vida.
Quizá me dejé llevar tan bien que me desnudaste con la mirada.... Y aquí ya todos sabemos como acaba la historia.
Aunque para mi no fue ni una historia... Palabras, mentiras, emociones, suspiros de placer entre el humo de tu boca..
Se podría decir que no tiene ni música de fondo. O quizás fue la ausencia de tranquilidad lo que nos llevó al desastre.
