Tuesday, November 20, 2012

Pretendía que la vida le diese una segunda oportunidad; caminó hacia ella con tanta esperanza de enamorarla, que ya se había olvidado de aquella kilométrica carrera de la media.

Es increíble la capacidad que tenemos de recordar todos los momentos vividos con una persona en tan pocos segundos. Sería su melena despeinada; o, aquella boquita de caramelo.

En cuestión de milésimas su clavícula apoyada en mis latidos, y cada uno susurrándole al oído ''Quédate''.

Y una vez allí, en frente mío; no pronunció palabra. Quizá fue la gente que nos miraba; o quizá los llantos matutinos.

El rencor. La nostalgia. El sufrimiento. Las ganas de morderme los labios, la boca, los pechos.

Un miedo lésbico.

Nuestro miedo lésbico.

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